Romántica y soñadora
Se me ocurre que te esperaba
tal como eres, tal como soñaba,
y el azar nos reunió
en el último piso,
casi en el cielo.
A nuestro alrededor
sólo el cielo azul se mostraba,
sólo nubes blancas dibujaban
vagos diseños que no alcanzaban
a opacar tu figura
que erguida se alzaba.
Y fue entonces que comprendí
que eras la esperada
cuando en tu boca vi
que una sonrisa se asomaba.
Era una sonrisa que me hablaba
de una niña que dentro tuyo estaba.
Que decía que los años
en vano habían pasado
sin lograr matar los sueños
que de niña habías soñado.
Que las hojas del calendario
en vano habían volado
porque seguías tan romántica
como fuiste en el pasado.
Un dulce canto angelical
de tu garganta brotaba
y entonces me pareció
que ese canto confirmaba
todo lo que previamente
mi mente había pensado.
Desde entonces ya no puedo
pasar un día sin lamentarme
si ese día no ha podido
tu dulce voz alcanzarme.
Sólo el tiempo dirá
si mi sueño realizaré
de poder cada día
escucharte hablándome.