Ni mejor ni peor
Yo sé que no soy el mejor
pero tampoco soy el peor.
Soy una persona
como tantas que hay
dando vueltas por ahí.
Ni mejor ni peor
tan sólo diferente
a la mayoría de los otros
y merezco tanta consideración
como todos ellos.
Sé que te resulta
difícil entender esto
pero todos llevamos
a cuestas nuestra historia.
Y esa historia nos hace
más o menos resistentes.
Algunos quedan más débiles,
otros quedamos más fuertes.
Sé que estás acostumbrada
a que te rindan pleitesía.
Has tenido suerte.
Has venido al mundo
con un encanto
que cautiva a los hombres
y todos, o casi todos,
se rinden a tus pies
cuando sonríes y se te forman
esos hoyuelos en tus mejillas.
Pero quedamos todavía algunos
a los que la vida ha maltratado
y llevamos en el pecho
muy hondo un rencor.
Un rencor por una mujer
a la confiamos nuestra vida
y un día nos dejó
sin decir siquiera porqué.
Ese rencor nos inmuniza
contra los hoyuelos de tu sonrisa
y contra el OK en el Whatsapp
que si no fuera por eso
me haría saltar por el aire.
Por eso tienes que disculparme,
pero no soy tu esclavo ni tu súbdito
y necesito algo más,
algo más que un OK en Whatsapp.
Y si no estás dispuesta a darlo
lo siento mucho
pero hasta aquí llegué yo
y más lejos no puedo ir.