Las hormigas
¿Quién cuando criatura no se ha interesado por la extraña vida de las hormigas, por ese incesante ir y venir en el que incurren cuando salen del hormiguero, un agujero en la tierra que vaya a saber qué esconde? Si hay un animal misterioso es la hormiga, porque tiene su morada bajo la tierra y solamente las vemos cuando, en rigurosa fila india, salen a cometer sus fechorías, circulando por eso tan conocido que hasta tiene un nombre propio: el "caminito de hormiga". Cuando era niño me fascinaba verlas en su camino de doble mano por el que iban con total dedicación y sin desviarse, hasta el lugar donde se cargaban con lo que en ese momento fuera de su interés, y una vez cargadas volvían ordenadamente al punto de partida para desaparecer bajo la tierra. Tan característico es este proceder que hasta dio origen a la conocida frase: "trabajo de hormiga". A algunos de los integrantes del mundo infantil de aquella época, ahora tan lejana, y en la que no podíamos entretenernos mirando el último video que marcaba tendencia en las redes sociales, nos llevó el interés por estos insectos a tener un hormiguero propio alojado en un frasco de vidrio que nos permitía ver lo que hacían cuando estaban en su guarida.
¿Quién de los que se dedicaban a estas investigaciones entomológicas no se habrá preguntado alguna vez qué era lo que pasaba cuando una hormiga que iba se encontraba con una hormiga que venía, y ambas se detenían para sostener lo que parecía una conversación? Los avances de la ciencia, que nunca se interrumpen, ha permitido develar ahora ese misterio y descifrar el lenguaje de las hormigas. Resulta ser que las hormigas no tienen un sentido de orientación tan desarrollado como el de otros animales, por ejemplo las palomas, que pueden volver a su casa aunque sean llevadas muy lejos de ella, lo cual ha permitido usarlas para mandar mensajes cuando no existía esta red de satélites que constantemente dan vueltas a la Tierra retransmitiendo los saludos de cumpleaños que le mandamos a algún pariente que vive en otro continente. La hormiga, como animal responsable que es, no desea extraviarse cuando sale de su hormiguero, y es por ello que cuando encuentra a otra hormiga que viene mantiene el siguiente diálogo.
– [Hormiga que va] ¿Es este el camino correcto?
– [Hormiga que viene] Sí, sigue que vas bien.
Y esto repetido con cada hormiga que encuentra, lo cual estaría indicando según los científicos algún tipo de trastorno obsesivo-compulsivo. Otros científicos dicen que en realidad lo que hacen las hormigas en ese diálogo es reconocerse como del mismo hormiguero, ya que de no ser así entrarían en una contienda por lo que sea que estén explotando en ese momento. Esta teoría no ha sido comprobada y algunos dicen que esto es atribuirles a las hormigas comportamientos antropomórficos que no corresponden. Como sea, ocurrió una vez que una hormiga, por una rara mutación genética, desarrolló una curiosidad que no tienen normalmente estos animales. En una oportunidad que la tarea señalada era vaciar un azucarero en la cocina de una familia humana, pudo escuchar muchas conversaciones sobre relaciones de pareja, y se enteró que todos los humanos desean encontrar a su alma gemela. De resultas de eso, cada vez que se encontraba con otra hormiga le preguntaba:
– ¿Eres mi alma gemela?
Esta pregunta, como es lógico, dejaba a la otra hormiga muy confundida, por lo cual no tardó en ser denunciada a las autoridades del hormiguero. Es así que un día, al volver con su carga, se encontró con las hormigas policías que la arrestaron por comportamientos inadecuados. Llevada a juicio, fue condenada a barrer los pasillos del hormiguero hasta que aprendiera la manera correcta de comportarse.
Moraleja: Cuando desees aparearte, mejor sigue los comportamientos de tu especie, ya que de lo contrario cosas extrañas pueden ocurrirte.