La soberbia
En uno de esos bares que
ponen mesas a la calle
estaba sentado un día
tomando un café mientras
pacientemente esperaba
que se abriera la oficina
a la que por razones legales
debía concurrir.
Pasaste caminando
como siempre,
sin mirar a un lado o al otro.
La cara seria,
el gesto adusto.
Yo te conocía porque
en alguna reunión
algunas palabra cambiamos.
Me pareciste una persona
interesante, por lo que sin pensarlo
me levanté y te dije: "¡Hola!"
"¡Hola!" me contestaste,
pero por tu rostro me di cuenta
que no me recordabas.
"¿Quieres tomar un café conmigo?"
te pregunté impertérrito
ya jugando el todo por el todo.
"No tengo tiempo", contestaste,
"tengo importantes asuntos que tratar.
Debo hablar con el secretario
y luego con el ministro. Tengo grandes
proyectos que llevar a cabo. No puedo
perder mi tiempo tomando café."
Y seguiste tu camino,
dejándome ahí parado.
Me senté de nuevo y
mientras esperaba, meditaba.
¿Porqué algunas personas
están siempre corriendo
detrás de grandes sueños,
y desprecian el instante presente,
el aquí y el ahora,
y tienen en menos a los que piensan
que la vida es corta,
que nos la han prestado y en cualquier
momento pueden pedir
que la devolvamos?
¿Porqué miran hacia abajo
desde su gran altura
a los que quieren disfrutar la felicidad
ahora, y no mañana, cuando hayan
hablado con éste y con el otro,
y conseguido esto y aquello,
si cuando dejen este mundo
no podrán llevarse nada
de lo que consiguieron,
y cuando sean polvo de nuevo
no podrán escuchar las alabanzas
que de ellos se digan?